Torre Cuajimalpa ofrece a sus habitantes un jardín en cada uno de los niveles para romper con la dicotomía entre terreno y construcción y mas importante aún, proveer un espacio atractivo y funcional a los miembros de una familia.
El proyecto se basa en un departamento por nivel con una superficie de 400 m2 y un jardín de 160 m2, rotando los departamentos en un ángulo de 90° en los niveles superiores los jardines se localizaran en la azotea de la recamara del nivel inferior.
Al rotar los niveles, los árboles tendrán suficiente espacio para crecer y se logra un equilibrio en las fachadas dando como resultado una mezcla estructural y de naturaleza. Así se evita que un elemento, estructura o naturaleza, predomine sobre las fachadas. En el interior los espacios están organizadas para sacar provecho a los jardines.
Debido a la condición de inestabilidad sísmica que caracteriza a la ciudad de México, un sistema profundo de cizalla en paredes y vigas Vierendeel estabilizan la estructura mientras se acomodan los planes de rotación de suelo.